La mostaza molida es una especia obtenida a partir de la molienda de las semillas secas de diversas especies del género Sinapis o Brassica, entre las que destacan la mostaza blanca (Sinapis alba), la mostaza parda (Brassica juncea) y la mostaza negra (Brassica nigra). Estas semillas, tras ser secadas y trituradas, se transforman en un polvo fino o una pasta que se ha utilizado durante siglos en la cocina y la medicina tradicional.
Las semillas de mostaza son pequeñas, esféricas y de colores que van del amarillo pálido al marrón oscuro, dependiendo de la variedad. Una vez molidas, el polvo resultante adquiere un aroma penetrante y un sabor característico que puede ir de suave y ligeramente dulce a intensamente picante, dependiendo del tipo de semilla y de si ha sido activada con líquido (como agua o vinagre), ya que los compuestos picantes se desarrollan al entrar en contacto con líquidos.
En gastronomía, la mostaza molida es un ingrediente versátil que se emplea tanto como condimento seco como base para la preparación de salsas, aderezos y marinados. Es un componente esencial en mezclas de especias, aliños secos, curris, encurtidos y en la elaboración de la tradicional mostaza en pasta. Su sabor intenso realza carnes, embutidos, pescados, vegetales y vinagretas.
