El estragón, también conocido como "dragoncillo" o "tarragon" en inglés, es una planta perenne de la familia de las Asteráceas, reconocida por su sabor único, delicado y ligeramente anisado. Es originaria de Europa, Asia y América del Norte, y se ha cultivado durante siglos por sus propiedades culinarias y medicinales.
El estragón presenta tallos delgados y erguidos que pueden alcanzar entre 60 y 120 centímetros de altura. Sus hojas son alargadas, estrechas, de un color verde intenso y con un borde liso, que a menudo son más largas que en otras hierbas similares, lo que podría ser la razón para referirse al “estragón largo”. Estas hojas contienen aceites esenciales responsables de su aroma característico, fresco y con notas a anís y regaliz.
Desde el punto de vista botánico, el estragón es una planta resistente que se adapta bien a suelos bien drenados y ambientes soleados. Prefiere climas templados y es comúnmente cultivado en huertos domésticos y jardines de hierbas por su fácil mantenimiento y utilidad gastronómica.
En la cocina, el estragón es un ingrediente clave en la gastronomía francesa, donde forma parte fundamental de salsas clásicas como la salsa béarnaise y se utiliza para aromatizar vinagres, pollos, pescados y ensaladas. Su sabor delicado puede perderse si se cocina por mucho tiempo, por lo que generalmente se añade al final de la preparación para preservar su aroma y frescura.
